Para empezar a hablar de los otakus tenemos que establecer algunas definiciones y contextos. El término otaku proviene de la lengua japonesa que hace referencia a alguien que siente fascinación o afición obsesiva por un cierto tema. Pero, en Occidente ser otaku tiene otro significado, ya que es quien le gusta y hace uso de ciertos elementos de la cultura japonesa. Quienes consumen anime, se visten como algunos de sus personajes, les gusta el k-pop, el cosplay (persona que se disfraza de un personaje de ficción) o el manga, entre otros.
Los otakus representan una tribu urbana que si bien ha tomado mucha fuerza con las redes sociales en los últimos años tiene origen en el país desde mediados de los ‘90. Su llegada fue gracias al canal de dibujos animados japoneses Magic Kids, que contenía Sailor Moon, Pokémon y Dragon Ball, entre muchos otros. También gracias a algunos de los mangas más famosos y vendidos del mundo: One Piece, Naruto, Detective Conan y Doraemon. Actualmente incluso ha llegado la cultura asiática a través de series y películas de Netflix, demostrando que ha encontrado su lugar en las plataformas mainstream.
Poco a poco se fueron organizando más eventos en Argentina que reúnen a la comunidad otaku: la Tokyo Stream es un claro referente. Representando un sitio donde encontrarse con distintos cosplayers, fanáticos y creadores de contenido.
La Anime-Con es otro evento de gran relevancia en Argentina que hace culto al anime, manga y cultura pop japonesa. Este año se llevó a cabo en La Rural los días 2, 3 y 4 de septiembre y asistieron 50 mil personas. Los fans pudieron disfrutar de diferentes stands, gastronomía/pastelería japonesa, shows, sitios para sentarse a leer mangas y un área gaming con torneos por premios. Otro dato a destacar de la Anime-Con fue la presencia de Burnout Syndromes, banda de J-rock (rock japonés que empezó en los 70s y se fue expandiendo a lo largo del mundo), que se hizo conocida mundialmente por interpretar canciones para series de anime.
Aquella tan sólo es una breve introducción al inmenso y complejo mundo de los otakus, una numerosa comunidad que suele estar en las sombras por el “choque cultural” que representa con la cultura occidental predominante en el país.
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